viernes, 2 de agosto de 2013

Tarta fiesta sorpresa para Lalo



Esta es la tremenda tarta que me encargó Eva para la fiesta perfecta que organizó para su marido. Cenamos en el Hotel Finisterre y fuimos 70 personas, todo un reto para mi porque la tarta pesó 14 kilos, todo comenzó así:

El piso de abajo de la tarta tuve que cubrirlo en la mesa del comedor porque la de la cocina me quedó pequeña. ¿a qué parece un sombrero?

En esta foto se aprecia la etiqueta de "felices 50 Lalo" en forma de corazón y los detalles de las flores, 149 florecitas hice, una hartá de flores, pero lucían un montón en la tarta.

La cascada del piso de arriba está hecha con alambre de manualidades y cuentas de bisutería, no se come, claro, pero el efecto es chulísimo y muy facilita de hacer, solo hay que tener cuidado, al clavar los alambres, de que vayan cubiertos con papel film apto para alimentación para que no estén en contacto con la tarta.

Aquí está en toda su dimensión el 50, pensaba clavarlo en la parte de arriba de la tarta pero con el peso fué imposible. Está hecho en pastillaje y tardo en secar una semana. luego lo pinté con purpurina comestible.

Lalo soplando su vela de cumpleaños. Cómo lo pasamos de bien. Muchas gracias, Eva, por organizar una fiesta perfecta.

Y aquí está el corte de la tarta, los tres pisos eran de brownie de chocolate superjugoso y húmedo (por eso tengo yo tantos problemas con las tartas fondant, porque deben hacerse con bizcochos más secos y resistentes, pero primo el sabor aunque venga con dificultades de manejabilidad), relleno con una swiss meringue buttercream de vainilla que está para rechupetearse los dedos y con mermelada de frambuesa pasada por el chino para quitar las semillitas que son muy incómodas. La verdad es que todos me felicitaron por el sabor de la tarta, hasta los camareros, y los trozos no eran pequeños precisamente, pero se comieron todos los trozos que fueron sacando de la cocina, aunque estábamos ya bastante hartos de la comida tan rica que nos pusieron. ¡¡Cómo se come en el Finisterre!! Y qué hambre me da el recordarlo.